volcán de Grindavík

Un total aproximado de 700 individuos, entre huéspedes y empleados, fueron desalojados del reconocido balneario natural conocido como Laguna Azul luego de que el volcán de la península de Reykjanes, en el suroeste de Islandia, entrara en erupción por cuarta vez en un lapso de tres meses.

Juliana Lapinskiene, una residente de Islandia, se encontraba disfrutando de las instalaciones turísticas junto a su esposo cuando se activaron las alarmas de evacuación. «Estábamos relajándonos cuando de repente escuchamos una alarma muy fuerte. En un principio, pensamos que se trataba de una broma», comentó Lapinskiene a la emisora nacional de Islandia, ISRUV. «Las vistas eran increíbles. Estábamos literalmente sumergidos en el agua y podíamos apreciar los géiseres de lava en acción», añadió.

La lava proveniente de la erupción reciente ha llegado a los muros de contención que han sido instalados para evitar su avance hacia la popular zona turística de la Laguna Azul y, de mayor importancia aún, hacia la central eléctrica de Svartsengi ubicada en la región. Afortunadamente, hasta el momento, los muros han resistido el embate y científicos pronostican que la erupción, considerada la más intensa hasta la fecha en la zona, se encuentra perdiendo fuerza y podría extinguirse muy pronto.

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