Parece ser que el Gobierno francés se encuentra investigando la forma de mejorar la educación alimentaria en los hogares después de la publicación de un nuevo estudio que revela que uno de cada cinco jóvenes no logra identificar algunas verduras comunes. Según una encuesta realizada por el estudio Harris Interactive llamada «Los franceses y la alimentación cotidiana», se han descubierto disparidades en los hábitos alimentarios entre distintos grupos de edad en la población francesa.

El 20% de los jóvenes de entre 15 y 24 años tienen dificultades para diferenciar entre un calabacín y un pepino. Ante la imagen de un calabacín, el 18% cree que se trata de un pepino, mientras que el 2% lo confunde con una berenjena. Entre los mayores de 24 años, los resultados no son mucho mejores: el 11% no reconoce los calabacines y el 10% los confunde con pepinos.

Al analizar la capacidad de reconocer otras frutas y verduras, se encontró que el pomelo es confundido con una naranja sanguina por el 16% de los franceses. En el caso de la coliflor , solo un 4% de los encuestados entre 15 y 24 años no supo identificarla correctamente, comparado con solo un 1% en la población general.

A raíz de estos resultados, la ministra delegada Olivia Grégoire ha expresado la intención del Gobierno de promover una educación alimentaria más sólida, señalando que es tanto una «cuestión de salud pública prioritaria» como una «cuestión de poder adquisitivo». Para fomentar una mejor alimentación entre las nuevas generaciones, la mayoría de los jóvenes están de acuerdo en que se necesita una mayor información y educación sobre los alimentos en las escuelas.

A pesar de que la cocina francesa ha sido tradicionalmente un pilar de la identidad cultural del país, estos resultados muestran que muchos jóvenes no tienen habilidades culinarias básicas. El estudio revela que los jóvenes consumen más platos elaborados que frutas y verduras frescas, y prefieren alimentos ricos en almidón como pasta, arroz y patatas.

Del mismo modo, más de la mitad de los jóvenes encuestados admiten que comen al menos una vez por semana en restaurantes de comida rápida. Mientras tanto, menos de la mitad afirma cocinar productos frescos como calabacines y pepinos a diario. Es evidente que la educación alimentaria es un aspecto fundamental que debe ser abordado para mejorar la salud y los hábitos alimentarios de la población.

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