Un gran ilustre José Joaquín de Olmedo y Maruri de profesión abogado, quien fue un excelente  legislador además de poeta y prócer  ecuatoriano. Fue uno de los personajes con más calidad sorprendente por su trayectoria y carisma que tuvo la región ecuatoriana. Tan importante como Ignacio de Veintemilla, que brindaron grandísimos aportes a su nación, como hombre de mucho renombre y gran transcendencia.

José Joaquín de Olmedo 1

¿Quién fue José Joaquín de Olmedo?

En la época de peregrinos españoles, José Joaquín de Olmedo emergió como un orador increíble en las Cortes de Cádiz, para llevar a cabo la anulación de las mitas. En cualquier caso, con el azote de las tropas napoleónicas en la Península Ibérica y la llegada del rey Fernando VII a la posición de autoridad. Vea Hugo Chávez

Los tribunales fueron destruidos y sus designados fueron azotados y perseguidos, entre los cuales se encontraba Olmedo, que fue un desertor durante poco tiempo, es decir, por un breve lapso. Regresó a Guayaquil y comenzó, junto con diferentes adeptos de pensamientos emancipadores, la planificación para la libertad de Guayaquil, que se concluyó el 9 de octubre del año de 1820.

Después de la aprobación del Acta de Independencia y de firmarla, Olmedo fue declarado líder gubernamental de la Provincia Libre de Guayaquil y se ocupó de la creación de la fuerza armada de Guayaquil que luchó por la liberación de diferentes pueblos de la Real Audiencia de Quito.

Obteniendo la asistencia de Antonio José de Sucre, con quien consintió en un arreglo de participación militar que reunió a las tropas vecinales con las colombianas. Olmedo se cobijó en Lima y se convirtió en una persona designada en el gabinete del Congreso Constituyente principal del Perú para la fecha del año 1822.

En cualquier caso, puede además denotarse que durante la temporada del año de  1827, junto con Vicente Rocafuerte, impulsó la insubordinación del Departamento contra las estrategias centralistas bolivarianas. Olmedo, en su profundo respeto por las galantes manifestaciones de Bolívar, dedicó una amplia balada llamada Victoria de Junín,  Canto a Bolívar.

Después de la formación del Estado de Ecuador en el año de 1830, Olmedo se convirtió en el primer vicepresidente de la nación en medio de la administración principal de Juan José Flores. Después de quince años de control  floreano y severos acercamientos, Olmedo, se junta con Roca y Noboa, para conducir  la Revolución marcista que comenzó el 6 de marzo del año de 1845.

 Y terminó con la rendición de Flores, después de lo cual se enmarcó un triunvirato con forma independiente de todos los demás que continuó hasta la composición de la IV constitución y la designación  de Roca como presidente sagrado. Más tarde, Olmedo mantuvo posiciones muy importantes en la legislatura hasta su desaparición física que ocurrió  en el año de  1847.

Biografía de José Joaquín de Olmedo

Nace en  Guayaquil el 5 de marzo del año de 1780, en la arquilla de una familia acaudalada José Joaquín de Olmedo. Hijo del capitán Miguel Agustín de Olmedo y Troyano fue digno de su padre y como madre tuvo el privilegio de ser hijo de doña  Ana Francisca Maruri y Salavarría mujer de Guayaquil. Vea Presidentes de Venezuela

La historia  destaca que su padre, don Miguel de Olmedo y Troyano, era un característico jefe español del pueblo de Mijas, cerca de Málaga. Por lo que don Miguel de Olmedo dejó Cádiz en  el año de 1756 con la férrea intención de  acercarse a Panamá, garantizado por su tío materno, el Capitán Cristóbal Troyano de León, quien era entonces el Comando General de la Artillería de Tierra Firme en esa temporada.

Es de tener en cuenta que en Panamá vivió por un lapso de  tiempo que duró solo cuatro años, y luego sostuvo la condición  de tesorero y oficial de guerra en Guayaquil para la campaña al Marañón. En Guayaquil se mantuvo como oficial en la fortificación de San Carlos y se dedicó al intercambio o comercio, llegando a ser propietario de las embarcaciones San Isidro y San Fermín dos flotas muy importantes.

Conoce a Ana Francisca de Maruri y Salavarría mujer con la que contrae matrimonio, que era oriunda de  Guayaquil, de la antigua honra vasca situada en el cuenco de Guayas, con quien tuvo a sus hijos José Joaquín y Magdalena, formó una noble y grata relación familiar. Vea Isidro Ayora

Es también de prioridad saber que José Joaquín de Olmedo  recibió su instrucción esencial en el lugar donde creció, y a los nueve años fue llevado por su padre a la ciudad de Quito para continuar sus estudios  en el centro  Seminarista de San Luis, aunque más tarde fue al Convictorio de San Fernando, seguido por la Orden de Predicadores dominicos, donde aprendió ideas sobre la estructura de la lengua latina y castellana.

En todo este lapso de tiempo donde realizó sus estudios en este centro, es cuando precisamente conoció a José Mejía Lequerica, con quien formó un parentesco extraordinario y tuvo la dicha y el honor de estar entre sus educadores. El especialista Eugenio de Santa Cruz y Espejo, que demostró un entusiasmo increíble por animarlo en sus estudios a que prosiguiera.

En el año de 1792 Olmedo retornó a Guayaquil, sin embargo, por decisión de sus padres es enviado a Lima en el año de  1794 a casa de su pariente, el Doctor José de Silva y Olave quien era el maestro cantor de la Catedral de Lima y del vicerrector del hábito Real Convictorio de San Carlos. Que fue el recinto donde se certificó como profesional, estudiando además matemática y filosofía, fue un personaje muy preparado académicamente.

En el año de 1799 se convirtió en un brillante  alumno de la Universidad de San Marcos  donde figuró en una demostración abierta de razonamiento matemático  y ciencia filosófica. En el año de 1800 adquiere con mucha dificultad la Cátedra de Filosofía en San Carlos. En el año de 1802 compuso Epitalamio en el evento de la boda de una pareja con la que guardaba una muy estrecha relación de amistad.

En el año de 1803 compuso el soneto sobre mi retrato y se lo envió a su bella y única  hermana Magdalena, que vivía en Guayaquil  y le pidió que lo colocara al pie como una señal: «Apreció lo que era considerado, adoraba lo que era excelente.

Es de destacar que  15 de junio del año de  1805 logró un doctorado en Jurisprudencia por lo que le sirvió para enseñar  Derecho Civil en el Colegio San Carlos. El 6 de noviembre de ese año se graduó prácticamente y al año siguiente obtuvo un doctorado en derecho civil y canónico, componiendo sus sonetos Matemáticas y Loa al Virrey. Para el año de  1807 hizo pública su obra en el fallecimiento de Doña María Antonia de Borbón, princesa de Asturias.

Después de 4 años de entrenamiento, se graduó como abogado lo que lo haría desempeñarse como consejero legal en el año de 1808, se unió al Colegio de Lima y dirigió la sede de Digesto en San Marcos. Muy rápidamente fue llamado a Guayaquil ya que su padre no estaba nada bien de salud su condición era bastante deplorable. Para ello llegó el 20 de agosto, para  heredar  de su padre el encargo de ser el agente de su propiedad efectivamente disminuida y para cuidar el sustento de la madre (prácticamente con discapacidad visual) y aún en el hogar.

Inicios de vida política

En la temporada del año de  1809 se convirtió en asesor jurídico de la Audiencia de Quito.  Y en marzo del año de 1810 concibió una hija natural con Ramona Ledós, realizó también  un viaje  en el que acompañó a José de Silva y Olave en su salida a España, y en septiembre consiguió el  cargo  de diputado  de Guayaquil a las Cortes de Cádiz en México. Semanas después del hecho fue a España y se unió a las Cortes.

El 12 de agosto del año de 1812, expresó su conocido discurso sobre la abrogación de las mitas; No fue un orador extraordinario, sin embargo, tuvo un impacto bastante bueno, captando el interés del recinto. El designado Castillo inició el intercambio de ideas y las Cortes finalmente afirmaron la abrogación de las mitas. Vea Javier Espinosa

Este ha sido un discurso que se ha distribuido  muchas  veces desde que Vicente Rocafuerte lo ofreció a la imprenta en Londres. En ese momento consiguió que su defensor y allegado José de Silva y Olave fuera elegido sacerdote de la sede de Huamanga. Olmedo retornó a la ciudad de Guayaquil el 20 de agosto del año de 1808 contando con la oportunidad de estar disponible cuando falleció su padre, por quien sintió un profundo respeto y adoración.

Vicente Rocafuerte

En las Cortes de Cádiz

Se desempeñó como secretario de las Cortes de Cádiz y posteriormente, secretario de la Diputación Permanente hasta el 11 de mayo del año de 1814, fecha en que Fernando VII disolvió las Cortes y los representantes agraviados y detenidos, Olmedo se cobijó en Madrid y regresó a Guayaquil. En el año de 1816, cuando regresa se encuentra con la noticia de que su madre le había fallecido.

Hacia el inicio del año de 1817 se fue a Lima y a su llegada el 24 de marzo se  casa con su prometida, Rosa de Ycaza y Silva, sobrina del obispo Silva y Olave. En el año de 1819 logra la defensa en juicio a Vicente Ramón Roca, en la que le señalan y acusan de intrigante por haberse relacionado con el ministro extremista de Acapulco, por haberse vuelto hacia otro bando.

Su vida

El reconocido y prestigioso José Joaquín Olmedo vivió su vida como un excelente  legislador y escritor poético ecuatoriano. Fue uno de los personajes con mayor calidad sorprendente y apoyo en la historia ecuatoriana. Su figura terminó destacándose en el período de libertad, en la combinación bolivariana y en los primeros republicanos de Ecuador.

En su totalidad,  su vida  fue trajinada  entre las posiciones  más relevantes que hayan existido dentro del marco público y más aun sumado a su imperioso  anhelo de dedicarse a las letras. De esta manera, justo cuando Guayaquil pronunció su libertad, fue seleccionado como integrante importante  de la Junta de Gobierno, se encargó además de redactar una constitución para Guayaquil, reorganizando así  a los militares y se unió a Sucre en la conquista de Pichincha.

Sea como fuere  esta lucha terminó, cuando Bolívar tocó la base llegando a  Guayaquil y unió esta ciudad a Colombia, Olmedo disintió y se fue con otros individuos  de Guayaquil a Perú, donde fue elegido delegado para el Departamento de Puno y ayudó a redactar la Constitución principal de esa nación. Para el año de 1823, viendo la oportunidad de Perú en riesgo, solicitó la asistencia de Simón Bolívar; después de su triunfo en la batalla de Junín, Olmedo escribió a su respecto el conocido «Canto a Bolívar elogiándolo en su honor.

¿De qué murió?

A su llegada, se acercó con la intención de  visitar a Paita y a Manuela Sáenz aterrizando  por última vez en Guayaquil, donde una vieja enfermedad que lo molestaba hiciera  crisis, fue un momento tan crucial que debió ser asistido en sus últimos minutos por su familia y sus queridos compañeros, y con su querido amigo el obispo Francisco Javier de Garaycoa. Como consecuencia de aceptar las últimas celebraciones santas falleció  al amanecer el 19 de febrero de 1847.

Este reconocido escritor padecía de un cáncer,  una  terrible  enfermedad que le causaba durísimos  tormentos estomacales los cuales eran  persistentes.  Muriendo  de esta manera en Guayaquil, a los 66 años de edad, por ello su muerte fue honrada  en cada una de las comunidades urbanas de la nación donde se celebraron servicios de entierro.

En su tumba, en el Cementerio General de Guayaquil, un eminente memorial abrevia la identidad de este hombre extraordinario de Guayaquil: Para Dios Glorificador: aquí reposan  los restos del  Doctor José Joaquín Olmedo. Quien fuera considerado el Padre de la Nación, el ídolo del pueblo.  Poseía todos los talentos, practicaba todas las virtudes. Falleció en el Señor a los 67 años en el Año de 1847.

José Joaquín de Olmedo como Presidente

En el año de 1830 se encargó de ocupar la administración de la vicepresidencia  de la república y la prefectura de Guayaquil. A pesar de que sostuvo a Flores durante el tiempo que pasó aislando a Ecuador de Gran Colombia, cuando ese gobernante quería abusar de su investidura, siempre le ponía un alto, lo restringía, todo ello lo llevó a participar  en la revolución antifloreana  del 6 de marzo del año de 1845, después de lo cual fue nombrado Líder del triunvirato en conjunto con  Vicente Ramón Roca y Diego Noboa.

De vuelta en su nación, se interesó  en tomar participación como agente de Guayaquil en la Constituyente de Ambato. En medio de su administración en el territorio de Guayaquil, el ecuatoriano necesitaba gestionar los desarrollos emancipadores  que estaban ocurriendo en las regiones cercanas.

Un par de días después de su toma de intensidad empoderada, las fuerzas empoderadas españolas fueron retirados de la ciudad. En cualquier caso, la administración del escritor fue socavada, debido a los casos de degradación por causa de la mucha corrupción. Vea a Galo Plaza Lasso

En la mañana del 9 de octubre del año de 1820 surgió un magno momento cuando se concluyó la toma  de la ciudad por los  grupos insurrectos, los anunciantes del desarrollo de la libertad y los individuos de la Fragua de Vulcano se reunieron en el Ayuntamiento para firmar el Acta de Independencia y conformar un gobierno temporal.

El cual Olmedo fue uno de los firmantes del acta, después de lo cual también fue seleccionado para la situación de Jefe político de la zona, mientras que el Coronel Gregorio Escobedo asumió la situación de Jefe militar. Vea Andrés Avelino Cacéres

Es por ello que Olmedo, en medio de su iniciativa política, precisaba enfrentar rápidamente la congruencia del desarrollo emancipador en las ciudades que abarcaban la zona. El albergue militar de Guayaquil se derrumbó debido a la causa de la libertad que se sumó a la revuelta y expulsión de los funcionarios españoles en Daule, Samborondón, Naranjal en los próximos días.

En cualquier caso, en medio de los largos períodos primarios de autonomía, la administración política de Olmedo se vio socavada por los casos de degradación por las múltiples actividades envueltas por la corrupción y aseveración presentadas por el jefe militar Escobedo, quien deleitó a los responsables del ejército y la genuina capacidad de asumir el control del gobierno.

Jefe militar Escobedo

Olmedo requirió el establecimiento de una escuela constitutiva electoralmente, que seleccionó a los nuevos funcionarios  del gobierno provisorio, lo que provocó la imprudencia de Escobedo, quien fue capturado rápidamente y llevado al puerto para transportarlo a Perú y ubicarlo bajo la dirección del general José de San Martín.

Como líder del naciente país, José Joaquín de Olmedo avanzó y se interesó en la redacción de la Constitución de Guayaquil. En el ejército, es imperativo mantener una distancia estratégica de cualquier esfuerzo para reconquistar, rearmar y fortalecer la fuerza armada ecuatoriana, una manifestación que fue fundamental para enfrentar el choque de Pichincha bajo la dirección de Antonio José de Sucre.

Antonio José de Sucre.

Asimismo, mostró una furiosa restricción a la tarea de extensión por Simón Bolívar, desde Guayaquil a Gran Colombia. A pesar del hecho de que este objetivo terminó con el derrocamiento otorgado por los militares de Simón Bolívar a la Provincia, por lo tanto, Guayaquil se unió coercitivamente.

Gobierno de José Joaquín de Olmedo

En medio de la orden de Olmedo, las tropas de Guayaquil enfrentaron algunos conflictos para mantener la autonomía de esa región. Aproximadamente en el año de 1822, Quito y Cuenca se convirtieron en autónomas, y Olmedo buscó cambiarlas en una nación conjunta con Guayaquil. Independientemente de esto, los territorios resultaron ser una parte de la Gran Colombia.

Olmedo, en lo que le concierne, eligió que Guayaquil debía permanecer autónomo, lo que causó enfrentamientos estratégicos con Simón Bolívar. En julio del año de 1822, Bolívar llegó con un ejército en Guayaquil para dar un derrocamiento, por lo que Olmedo fue a Perú.

En esa nación tuvo un importante apoyo en temas políticos. Fue uno de los editores de la Constitución primaria del Perú. Además, volvió a establecer una compañía decente con Bolívar y poco después distribuyó al publicar  en el año de 1825, La apoteósica  Victoria de Junín: Canto a Bolívar.

Obras

Dentro de sus más conocidas y renombradas obras se encuentran aquellas de cuyos tributos se concentraron en hacer un reconocimiento de la realización de la libertad de América. Su labor implicó una fuente de motivación para las edades de artistas e individuos influenciados por el sentimentalismo.

Dio brillo y luz a toda la nación desde antes de su creación debido a su viaje por la libertad, su administración política y la templanza de sus sonetos. Un firme adversario de la esclavitud de los indios y los menos apoyados. Luchó sacrificialmente por la oportunidad de cada compatriota. Su herencia más prominente se concibe de su mente, con una pluma que adquirió lo que pocos con armas. Sus versos guiaron a la nación de una manera más atractiva para todos.

Los temas que él creó por una duración increíble en verso fueron impulsados ​​por las ocasiones registradas de su tiempo. También se fundó en el verso creado por maestros ensayistas de la antigüedad, por ejemplo, Homero, Horacio y Virgilio, muy grande  dentro de los grandes.

Literarias

En su idílica obra, prevalece un neoclasicismo al grandísimo estilo de Juan Meléndez Valdés, reconocible en sus imperiosas obras, por ejemplo, su poema sensible A la muerte de mi hermana, su homenaje Al árbol, su Epitafio en el paso de la Princesa de Asturias, sus Cartas para un joven y su Canción india.

Organizaciones extraordinarias entre un encuentro que se acerca al centenar. Sea como sea, los problemas del país y del gobierno lo empujan a componer dos melodías extraordinarias en las que el impacto de Manuel José Quintana es cada vez más reconocible y hay avances indudables del romanticismo.

Como el triunfo de Junín o Canto a Bolívar en el año de 1825 y Oda General Flores, vencedor de Miñarica  en el año de 1843. Pensado en el extraordinario ejemplar de la epopeya hispanoamericana, Marcelino Menéndez Pelayo de vez en cuando pone a Olmedo por encima de Andrés Bello y José María Heredia extraordinarios personajes literarios de mucho renombre e importancia.

Logros de José Joaquín de Olmedo

Un mes después de que se ejecutara el espeluznante y aprensivo asesinato de los patriotas de en Quito, el 11 de septiembre del año de 1810, fue designado agente de Guayaquil ante las Cortes de Cádiz  perteneciente a España, donde alzó el vuelo en enero del próximo año para recientemente reunirse  con su antiguo compañero de estudios, José Mejía.

A todo ello  se distinguió allí  por su pasión y expresión, así como por su energía decidida y estable para trabajar, razones por las que en el año de 1812 fue designado secretario de dichas Cortes. En ese punto, gradualmente  hizo sentir su inminente proximidad bajo la atenta mirada de esa Corte, hasta que el 12 de agosto de ese año equivalente se llenó de asombro cuando expresó su bien conocido Charla sobre la supresión de las Mitas.

José Mejía Lequerica

Terminando entonces como  el principal americano en criticar el maltrato que se presentó contra los indios y los menos apoyados. La reprimenda de Olmedo sacudió el corazón legítimo de España y fue de tal efecto que la gratitud hacia las mitas fue anulada por la Constitución española del año de 1812, en cuya composición también se interesó.

La gran carga de su esencia en las Cortes de Cádiz fue tan abrumadora hasta el punto de que al año siguiente las llamativas eminencias que las instauraron decidieron distinguirlo y elegirlo como  Miembro y Secretario de la Diputación Permanente de las mismas.

Después de enterrar  a José Mejía, quien había fallecido en Cádiz el 24 de octubre del año de 1813, y de marcar con su firma  la conocida declaración del 2 de febrero del año de 1814, que recibió el reconocimiento del Rey en el caso de que cumpliera con la resolución protegida, que requería.

Por lo que debía permanecer protegido en Madrid en medio de casi dos años hasta que finalmente tuviese la capacidad de irse a Cádiz con el objetivo de llegar a Guayaquil, donde llegó a la base el 28 de noviembre del año de 1816, alejándose de la seguidilla que le tenía  Fernando VII, efectivamente libre de Napoleón.

 Y luego de rescatar la Corona, se había lanzado contra los delegados que habían tratado de forzar la Constitución; sin embargo, debido a su situación tenía un compromiso único ya que Olmedo, habiendo logrado el fin de las mitas en América, había negado a España las ventajas financieras fenomenales que un poder de trabajo le ofrecía y que no tenía que pagar por su trabajo.

En Guayaquil, Olmedo necesitaba mantener una actitud vigilante, ya que la solicitud expresa de la cárcel que lo agobiaba era amplia para todas las áreas de España, esa es la razón por la que cada uno de sus ejercicios debe completarse de manera excepcional a la  manera juiciosa y prácticamente misteriosa.

Decepcionado por sus anhelos equitativos, convenció de que los grupos étnicos de América no podían ser representados por un gobernante absolutista que descartaba vidas y haciendas del lado opuesto del mar, y  que este estaba relacionado con los pensamientos emancipadores que habían comenzado a crecer en toda América.

Es por ello que  comenzó a reunirse con pequeños círculos de guayaquileños para reconocer cambios básicos, ya que la mayor parte de ellos eran españoles o descendientes de éstos a quienes transmitía esas nuevas ideas políticas.

Las reuniones con Olmedo fueron discusiones sobre información y claridad en las que el precursor habló sobre los patrones basados ​​en la popularidad, la seguridad en sí mismos de los grupos de personas y el límite que estos grupos de personas deberían necesitar para elegir a sus gobernantes.

Las normas y los argumentos notificados fueron tan convincentes hasta el punto, que se escuchó su voz, y esos pensamientos de autonomía, ese sistema basado en el voto, constitución y seguridad en sí mismos, gradualmente,  de boca en boca,  comenzaron a flotar entre todos de la población general de Guayaquil.

Para el año de 1820, se había convertido en un destacado entre las identidades más destacadas y edificadas de la época y su nacionalismo era conocido por todos. Guayaquil valoró sus habilidades, y esa es la razón cuando ocurrió la Revolución del 9 de octubre del año de 1820, a pesar de que se justificó una y otra vez, necesitaba asumir la función de Jefe Civil de la Plaza.

Teniendo en cuenta el cargo, Olmedo, que era un constitucionalista, lo primero que hizo fue declarar al costado la autonomía conseguida, llamar a la ciudad con el objetivo de que día equivalente recoja desinhibidamente a los nuevos funcionarios  y llevar a un Escuela Electoral.

Muy  similar a la que se reunió el 8 de noviembre de ese año equivalente para emitir un Reglamento Provisional de Gobierno (o Constitución) y seleccionar otra Junta Suprema de Gobierno, de la cual por deseo de la población general, fue elegido Presidente.

La Junta también fue formada por Francisco María Roca y Rafael María Jimena. En ese momento se convirtió en el presidente principal para  supervisar honestamente una región libre de la Audiencia de Quito.

Olmedo, como Jefe Supremo de Libertad, compone a los militares de Guayaquil con el nombre de División de Protección de Quito, y solicita y solicita un Quito similar, esclavizado entonces por el salvajismo de Mourgeón y el destacadísimo  Departamento de Cuenca, en los dos lugares de trabajo para los ayuntamientos, amonestándolos a la consistencia de las emociones y actividades.

José Joaquín de Olmedo genero literario

Es de relevada importancia considerar a José Joaquín Olmedo, a pesar de su neo-clasicismo  como un antecedente del sentimentalismo. A partir de allí surge su importancia por su más aclamado cántico a la libertad  y su juicio a España.

Lo  más grato  es que  fue un gran personaje que conservó hasta lo último su espíritu nacionalista, que buscaba, incluso, los fundamentos nativo subyacente del pasado. Esto se destacaría más adelante, con los creadores de mediados del siglo XIX. Fue uno de los personajes con mayor calidad sorprendente e interés en la historia ecuatoriana.

Durante toda su vida se codeo  entre la mucha diversidad de cargos públicos y el anhelo de dedicarse a las cartas poéticas. En consecuencia, justo cuando Guayaquil pronunció su libertad, Olmedo fue seleccionado como parte integrante de la Junta de Gobierno,  se encargó además de redactar  una constitución para Guayaquil.

 

Es de tener en cuenta que José Joaquín de Olmedo fue un parlamentario de peso extraordinario que dejaba  entusiasmado a las personas que lo  escuchaban.

Asimismo fue diplomático, ministro plenipotenciario del Perú, en Londres, y por sus administraciones poco comunes o especiales obtuvo la ciudadanía peruana en el año de  1825. Sus expertos académicos afirman que Olmedo se alejó de la corriente de  mal gusto y logró la línea principal entre los escritores americanos.

Los arreglos de Olmedo llegan a 35, entre ellos se cuentan, el reconocido Canto a Bolívar, Canto al General Flores, Ensayos sobre el hombre, el poema funerario en la desaparición física  de Doña Antonieta de Borbón, El Árbol, Mi Retrato, Alfabeto del Consejo, La Canción Indiana, Canción de 9 de octubre (Himno), todas y cada una fueron obras literarias excelentes.

Por otra parte, José Joaquín de Olmedo también formó parte de las actividades para la elaboración del Himno Nacional. Este escritor de Guayaquil fue el que creó la segunda proyección, en línea con Juan José Flores, la cual se distribuyó en el año de 1834. Una tercera obra, compuesta u escrita  por el general Juan José Flores, la misma que abarcó un título similar a la de la obra  de Olmedo, que terminó siendo publicada en  el año de 1838.

Entre la clasificación de su trabajo es menester destacar un profundo impacto del neoclasicismo y, además de la representación francesa. Olmedo consideraba la escritura como un artículo de primera necesidad instructiva, un creyente que además impartió a Bolívar y que era un sentimiento bastante común entre ambos.

En este sentido, Olmedo se esforzó por instruir a través de su hermoso trabajo, aclarando que las nuevas temporadas generacionales que se necesitaban para obtener ganancias extraordinarias las cuales suponían que sellaron y protegieron a su país. También es crítico enfatizar la forma en que Olmedo compuso: esto se retrata con un tono ejemplar comprobado, con una rima rica y además, con cualidades épicas.

Lo último queda claro en la letra La victoria de Junín o Canto a Bolívar en el año de 1925. En él, Olmedo presenta a la figura del salvador como un héroe americano y su cooperación indispensable en La batalla de Junín, uno de los últimos enfrentamientos de la fuerza armada de la libertad contra los realistas.

La batalla de Junín

En este soneto tiene cualidades épicas, Olmedo se convierte en un rapsodista que canta las diversas aventuras de Bolívar en la zona de combate, transformando la batalla en una épica con atributos ejemplares, con la presencia de Dios instruyendo y ayudando a la fuerza armada autónoma y controlando a Bolívar hacia el triunfo. Por ejemplo, podemos citar las secciones adjuntas:

«Vimos a Junín el campo,

Vimos que cuando se envía

Desde Perú y Colombia los pendones,

Los ejércitos altaneros son importunados,

Los salvajes españoles escapan con miedo,

O por otro lado solicitar la armonía prestada.

Bolívar aplastado, el Perú quedó libre,

También, en pompa triunfal, santa oportunidad.

En el Templo del Sol fue puesto. «

Asimismo podemos señalar varias obras que tienen cualidades similares como  Oda al General Flores, campeón de Miñarica  en el año de 1843, Lamentación en la desaparición de la Princesa de Asturias y Alfabeto para un chico, el último mencionado fue  su trabajo más instructivo y educativo.

Olmedo además se desempeñó como escritor, engendrando un mensaje de libertad tanto en Ecuador como en Perú; en ese punto contra el autogobierno del Ecuador y por fin por la nobleza de los nativos americanos.

José Joaquín de Olmedo el Canto a Bolívar

Esta ha sido una obra literaria  que fue publicada  en el año de 1825, este cántico  es visto como una de las obras más  destacadas de este gran escritor  ecuatoriano, quien fue  por demasía importante. En ella, hizo una celebración de la lucha que las tropas impulsadas por Simón Bolívar ganaron contra los militares que se originaron en España.

Bolívar se enfrentó en diferentes conflictos en medio de su batalla por la libertad de América. Este trabajo es considerado por numerosos comentaristas como un destacado entre los mejores modelos que existen en versos valientes escritos en la América española.

Es bien impresionante lo que se canta en esta obra sobre,  El triunfo de Junín más específicamente  Canto a Bolívar, acá,  se destaca que es una de  las baladas más famosas de José Joaquín de Olmedo en Guayaquil. La misma fue escrita en el año de  1826, bajo la figura académica de la epopeya, elogia los esfuerzos del Libertador.

También se ilustró en Inglaterra y Francia, al igual que en toda América Latina. A pesar de que fue referido por investigadores y maestros españoles, no fue distribuido en España.

Relaciona el triunfo de las tropas de independencia sobre una fuerza armada española en un nivel fundamental extremadamente incomparable. Verdad que deslumbró a los precursores de aquella época. La balada, construida con recursos tradicionales, hace de Bolívar el mejor ejemplo de la cultura hispanoamericana.

Citando una parte de sus líneas:

“El espantoso trueno que retumba en la descarga

Y la  impactante repercusión se ensancha por el círculo agravado

A Dios  declara que en el paraíso reina

Y el rayo que en Junín rompe y dirige al grupo hispano

Eso, más feroz que cualquier otro momento en la memoria reciente, socavada

A sangre y fuego, subyugación eterna, y la melodía del triunfo

Que corre la reverberación de millar, aturdiendo la cumbre profunda e incrustada

Proclama Bolívar en la tierra

 Árbitro de armonía y guerra”

La naturaleza difunde a Bolívar como el especialista de la armonía y la guerra. Los Andes se transforman  en el escenario y espectadores de la batalla y el triunfo. Olmedo, despertado por su sueño, se muda de Guayaquil específicamente a Junín. Allí, presenta a Bolívar, quien da conferencias a sus tropas para mezclar la audacia en la lucha. Al final del discurso, las tropas liberadoras luchan con la audacia y la valentía.

El soneto procede con la presencia del inca Huayna Cápac, que revisa la estructura bárbara en la que fueron derrotados por los españoles. Estimula a los militares a expulsar a los vencedores de América. En ese punto, relata el triunfo de Ayacucho un coro de las vírgenes del sol canta para rendir homenaje a su dios. En ese momento, las tropas de Bolívar entran a Lima y la visión de Huayna Cápac se desvanece.

El soneto se cierra cuando Olmedo comunica su anhelo de regresar y ganarse el respeto de sus compañeros. La balada tiene 906 aforismos subjetivamente consolidados por el artista entre heptasílabos y endecasílabos. Tiene 81 estrofas. Las estrofas por la cantidad de refranes, son impredecibles o gratuitas, algunas de ellas tienen dos secciones, mientras que otras tienen hasta veinticinco secciones.

La melodía a Bolívar se compone de 2 fragmentos:

    Fragmento I

    La batalla de Junín.

La naturaleza exhibe un ambiente de triunfo.

Conjurando a los sueños.

Decreto de Bolívar

La batalla de Junín.

Fragmento II

Lucha de Ayacucho

Súplica al sol.

El Triunfo de Ayacucho.

Arenga de Huayna Capac.

Lucha Mediación sucre

Encuentro triunfante de Bolívar en Lima

                                                La melodía se cierra y el escritor abandona la plataforma de su motivación.

Bolívar fue el principal crítico  del  triunfo de Junín y que a pesar de las quejas que tenía sobre el plan de desarrollo, anunció que el sueño de Guayaquil era una divinidad seductora desde que crió a los miembros en la guerra hasta el Olimpo del extraordinario.

Frases de José Joaquín de Olmedo

Cuan grato e importante es poder conocer lo que encierra cada expresión o frases dichas por un personaje celebre que marcó una gran huella en el marco de la historia ecuatoriana, para ello haremos un hermoso recorrido por sus frases:

  • Un gobierno decente es uno donde las grandes leyes cumplen con los grandes residentes.
  • La evaluación popular y la oportunidad de la prensa son la espada de quema del querubín que busca el árbol de la igualdad»
  • ¿Indigencia? La miseria es la menor de las malicias, por lo que un par de cosas deberían haber sido ricas, que solo las personas que necesitan ser pobres serán pobres.
  • Los hombres talentosos intentan persuadir, los hombres promedio o incompetentes no intentan todavía ordenar.
  • Los administradores deben ser tan justos, tan impasibles como la ley, que los funcionarios no deben dejar en su trabajo los despreciables indicios de los intereses».

Poemas de José Joaquín de Olmedo

José Joaquín de Olmedo se caracterizo por ser  un  notable  autor  de obras literarias de Ecuador. Desde la juventud recibió instrucción ventajosa, que giraba en torno a los dialectos y la escritura. La obra de Olmedo abarca tanto verso como historia. Cuenta con muchos  Sonetos que son bien reconocidos en todo el mundo.

Poemas del alma

Los principales ejemplos de su capacidad abstracta fueron evidentes a principios del siglo XIX, con obras, por ejemplo, Epitalamio, Mi retrato y En la desaparición de Doña María Antonia de Borbón, princesa de Asturias. En el año de  1808, precediendo la genuina condición de bienestar de su padre, Olmedo regresó a Ecuador. Un hombre extraordinario y generoso de afecto espiritual que emerge por la inmaculación de sus sentimientos y por una asombrosa integridad. Dentro de sus obras cabe mencionar a:

 

       Un sueño

Visítame adorar hoy a la hora de la tarde.

Con un dulce, alegrísimo espejismo.

Me imaginé que mi santo propietario

En este sentido empecé a hablar:

Conoce las ocasiones en que te aprecio.

En el caso de que las luces recuerden el cielo,

También, las hojas que esparcen el suelo.

También, las olas que golpean el océano…-

Ella me oye, y encantadora y amable.

Viene  hacia mí con el pecho medio abierto.

Progresivamente deprimente, que al punto alerta,

También, era la sombra que iba a captar.

Desequilibrado, deficiente visual, ansioso, enojado,

Salto después de la cama gritando:

– ¡Amor duro! ¡Amor duro! ¡Hasta qué punto!

¿Hasta cuándo te gustaría ridiculizarme?

    En el fallecimiento de mi hermana

¿Qué es más, tú eres Dios? ¿Sobre quién podría quejarme?

Enviciado en tu grandeza y poder.

Ver la agonía que me come corrompida.

Además, la aparición de la devoción me niega!

Orden de aumento de nuevo para consolarme

La tumba de la tumba fresca,

Es más, restablecer, Dios mío, mi pecho.

La hermana que has necesitado para restar valor a mí.

No lo solicité. ¡Qué! ¿Es por alguna coincidencia?

Hacer para aplastar, delicia divina,

O por otro lado es la suciedad tan vergonzosa?

O por otro lado, a partir de ahora totalmente consumido en su luz no adulterada

¿Es el trino implacable menos satisfactorio para ti?

Déjame saber, ¿faltaba este bendito mensajero de tu paraíso?

No hay palabras que puedan plasmar su gloria. El reconocido vocalista de Junín no solo fue un reconocido escritor sino el poeta de la mejor balada épica de la lengua castellana, que amplificó al Libertador de cinco países.

Aeropuerto José Joaquín de Olmedo

El renombrado Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo: es una terminal aérea que  posee Guayaquil, la capital del área de Guayas  que es  la ciudad más poblada de Ecuador. Es la segunda terminal de aviones más transitada de Ecuador.

La terminal aérea lleva el nombre de José Joaquín de Olmedo, destacado escritor ecuatoriano, primer líder de la municipalidad de Guayaquil y anterior líder de Ecuador. Se cambió el nombre  de Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, que en la actualidad es la designación de las terminales de avión  hay en  Caracas, Venezuela y Santa Marta, Colombia.

La terminal aérea está situada en la Avenida de las Américas, a 5 kilómetros (3 millas) al norte del centro de Guayaquil. La longitud de la pista de 2.790 metros, lo que equivale a 9.150 pies, este incorpora un borde desalojado de 240 metros, o sea 790 pies, y  en la pista tiene 21 y un borde desarraigado de 100 metros o 330 pies,  en la pista 03.

La pista puede adaptarse a la aeronave Boeing 747 y Airbus A340 -600. La terminal del avión está situada en el ancho delta del río Guayas, con un paisaje nivelado en cada uno de los cuadrantes.

En julio del año de 2014 se amplió la zona doméstica  de la terminal del avión; En la actualidad, la terminal aérea está equipada para atender hasta 7.5 millones de viajeros por año. Un cargo por licencia está conectado a cada boleto mundial, sea como sea, nunca más es importante pagar en la ventana al salir de la nación.

 

Premios

El premio otorgado a José Joaquín de Olmedo también llamado el increíble vocalista de Junín fue uno de los principios del asunto libertario ecuatoriano y latinoamericano. Escritor de palabras agresivas, centrado en su parentesco y en su historia. En el año de 1820 se había convertido en un destacado entre las identidades más eminentes y edificadas de la época, y su energía era conocida por todos.

El Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) eligió al Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo en Guayaquil como la mejor terminal aérea de América Latina y el Caribe.Además, adquirió dos calificaciones diferentes: la segunda mejor terminal de avión del planeta en la clase de 2 a 5 millones de viajeros, y la mejor terminal aérea de América Latina y el Caribe en una clasificación similar, según lo indica el detallista Tagsa.

Para la distinción, el programa ASQ examina el agradecimiento y la satisfacción de los viajeros durante todo el procedimiento de la terminal de su avión pensando en 34 punteros de las administraciones, por ejemplo, entrada simple, cheques de viajero, entre otros. Estos resultados se adquieren después de revisiones trimestrales.

La casa de José Joaquín de Olmedo

La casa de Olmedo está protegida por árboles de Goliat de Samán. En Hacienda La Virginia, en Babahoyo, se fabrica este desarrollo que tiene un incentivo comprobable y patrimonial para Ecuador. Está situado en la orilla correcta del río Babahoyo, antes de la capital de Fluminense, desde donde se puede apreciar de forma mas grata.

Se tiende a llegar a través de una intersección vehicular, tomar un bote o una canoa  en el borde del punto central de la ciudad o ingresar por Babahoyo-Quevedo. Desde su fachada, se puede observar el impacto del estilo en las haciendas del siglo XVII. A pesar de que su estructura ha experimentado algunos esfuerzos de reconstrucción desde los años ochenta. El primer material de la casa era madera y palo.

En este momento es todo de madera, desde las secciones, separadores, piso y escaleras. Toda la propiedad tiene 3,5 hectáreas. Como indican los registros, la casa tenía un lugar con la leyenda de Guayaquil José Joaquín de Olmedo. Adquirió la casa de su papá miguel. En el lugar pasó muchos días  y allí fue impulsado a componer la melodía de Bolívar y La Victoria de Junín.

La posesión también fue escenario del marco de la firma del Tratado de La Virginia, el 6 de marzo del año de 1845, mediante el cual las potencias patriotas pusieron una conclusión a la administración de Juan José Flores. Wimper Romero, líder de la Cámara de Turismo de Los Ríos, dijo que esta herencia registrada devuelve al castillo un legado social para la nación. Su desarrollo único fue restablecido, sin embargo, mantiene la historia sobrenatural de la República.

Aclara que la Casa de Olmedo es el eje de algunos circuitos de vacacionistas para recorrer Babahoyo y lograr diferentes cantones de la zona. Es un lugar de hacienda común de días de maderas nobles, de espacios abundantes para los vestíbulos, cuartos y algunos aires. Los pasillos son amplios, de dos metros de ancho, ventanas de estilo chaco y galerías que dan al interior de la hacienda y otras al canal de Babahoyo.

 

La habitación y el lugar de trabajo del respetable José Joaquín Olmedo se ajustaron adicionalmente como en el momento en que estuvo involucrado. En una de las habitaciones hay fotos enormes de Olmedo y su mejor compañía,  su esposa, María Rosa de Icaza Silva. Sin embargo, además, figuras de cera con trajes oscuros. El lugar se llenó como un área para estudiantes de la profesión de Comunicación en la Universidad de Babahoyo.

Monumento a José Joaquín de Olmedo

El gran Monolito a José Joaquín de Olmedo es una obra artística  de la ciudad de Guayaquil, Ecuador, planeado por el francés Jean Alexandre Falguière, en línea con el Consejo Municipal de la ciudad de Guayaquil en el año de 1878 para elogiar la memoria de José Joaquín de Olmedo, escritor,  Asesor Jurídico y Legislativo de Guayaquil. Está situado en el Malecón 2000 a orillas del río Guayas, explícitamente en el punto de cruce de las avenidas Olmedo y Malecón Simón Bolívar.

 

El monolito  se encuentra en medio de un vuelo en el que emergen dos armas que parecen proteger al popular nacionalista. Está situado en una plataforma, alcanza una estatura de 8.17 metros, mide 11 toneladas, se trabajó en bronce y tiene una posición excepcional, ya que Olmedo echa un vistazo a la vía fluvial de espaldas a la ciudad, sentado en un sillón en el marco con  la mente de levantarse con una pluma en su mano correcta, mientras que en la izquierda sostiene el Poema de Junín.

Entre las diferentes estatuas y bustos con los que la ciudad de Guayaquil rinde homenaje a la memoria de sus ilustres más destacados, el monolito  de José Joaquín de Olmedo surge de una manera poco común, que asciende antes del río Guayas, hacia el sur del Malecón a la gran elevación de la avenida olmedo.

La actividad fue del Consejo Municipal, que en el año de 1878, para felicitar al Primer Centenario de su introducción al mundo, se denominó una comisión llamada «Comité Olmedo», con la intención de transmitir el compromiso de plantear un icono en memoria del distinguido nacionalista y escritor de Guayaquil. Vea a Carlos Andrés Pérez

El consejo fue dirigido por el Señor Pedro Carbo, quien, independientemente de la distinción de los años que los aislaron, había sido un compañero cercano de Olmedo y diferentes guayaquileños como Ignacio Casimiro Roca, Francisco J. Coronel Mateus, Manuel Marcos, Antonio Icaza, Tácito Cucalón, Gabriel Murillo, Pedro José Noboa, Martín Icaza, Juan Illingworth, Francisco Campos, Juan Bautista Elizalde, entre otros.

Con el fin de desarrollar los activos esenciales, el Comité adelantó membrecías bien conocidas, organizó exposiciones de teatro y realizó una exposición nacional agrícola e industrial que se abrió a las personas en general el 19 de marzo del año de 1880, fecha del siglo principal de la introducción del  lealista y escritor.

El Tesorero Público contribuyó con la medida de cinco mil pesos y el Congreso Nacional con la de seis mil sucres, pagaderos en el año de 1884, año en que el marco relacionado con el dinero se transformó del peso a Sucre.

Teniendo en cuenta que anteriormente tenía activos importantes, el Comité tenía la capacidad de enviar a París las principales cualidades del  monumento, es decir, el caso de la cooperación rentable del cónsul de Ecuador en esa ciudad, el Señor Clemente Ballén quien alistó el trabajo con el autor autorizado de piedra y estatuaria Jean Alexandre Falguiere, quien necesitaba hacerlo y, además, lidiar con su lanzamiento en bronce.

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